Capítulo 30 + 31

Estaba en casa de Luis. Había pasado toda la tarde con él, pues Maribel volvía a tener problemas familiares que atender: al parecer su madre estaba enferma, y tenía que marcharse a Valencia para cuidarla, así que, me ofrecí para quedarme con él cuando su hermano no estuviese en casa. Tenía que compaginar el trabajo con aquello, y con mi madre.

Le arropé, con la luz tenue, mientras le acariciaba dulcemente el brazo, haciendo que se quedase dormido. Era algo que solía relajarle mucho, ya que no podía contarle un cuento o cantarle una canción cómo se solía hacer con los niños de su edad. En lugar de eso, le relajaba el cuerpo con mis caricias, y a veces, usaba un humificador que le había comprado su hermano, recientemente, para relajarle.

Le besé sobre la mejilla tan pronto como le escuché roncar y salí del cuarto

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