Capítulo 36
Estoy muerto...

Estoy roto...

Me niego a decírselo pero las piernas están temblándome de dolor, ni siquiera todas las horas de practica conduciendo me habían lastimado tanto como esto. Sumándole el dolor en el trasero y el buen golpe que me termine dando en la cabeza con el techo del Ford.

Lazzarini está satisfecho, yo también, el sexo ha sido muy bueno y finalmente he aceptado que no es solo eso lo que me gusta. No voy a decírselo todavía, no me dejará en paz si lo hago.

Estiró las piernas metiéndolas en el arrugado pantalón, maldición, esta noche me veía espectacular con este traje. He tratado de limpiarme atrás con un pañuelo pero es imposible dejarlo completamente limpio. Tengo que sacarme sus restos de mi, es incomoda la sensación.

—Tengo que ducharme. —le digo, tratando de acomodarme la camisa y que no se vea toda arrugada. Necesito cuidar mi imagen, no importa que sea gay.

Él, quien también está hecho un desastre, me sonríe como imbecil moviendo la cabeza en direcció
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