Elisa sintió que las náuseas se apoderaban de ella, pero antes de que sus rodillas se aflojaran, Moe la ayudó a llegar al sofá y sentarse.
—¿Secuestrado? ¿Están seguros? Pero ¿Cómo... quién...? —preguntó con tono desesperado.
Moe asintió con la cabeza, tomando una profunda respiración antes de hab