Elisa asintió y luego se volvió hacia Kainn. Sus ojos se ablandaron al contemplar su rostro. Él se sentó a su lado y le apartó el cabello de la frente. Su tacto era suave, como un susurro, y Elisa se sintió aliviada.
—Deberías comer algo —dijo Kainn—. Necesitas recuperar fuerzas.
Elisa asintió e i