El duque la miró con curiosidad y Alton dejó escapar una risa burlona.
—¿Quién? ¿Elisa? —espetó con arrogancia—. ¿De verdad cree que ella podrá gobernar un caballo, menos un purasangre?
Kainn se levantó despacio y lo miró a los ojos.
—Ha gobernado mejores sangres. ¿No cree, lord Brickstow? —murmu