Ni siquiera se miraron mientras se despedían del futuro duque, pero apenas se subieron de regreso a la camioneta y lo perdieron de vista, Elisa dejó escapar un chillido de satisfacción y él una carcajada.
—¡Somos el mejor equipo del mundo! —exclamó ella y Kainn sonrió con suavidad.
Podía notar la