CAPITULO 3: NOS VAMOS A CASAR.

" ¿De verdad? ¿En serio?" no lo puedo creer, casi salto del asiento con una sonrisa, me pongo de pie.

—Parece que estas muy contenta— me dice el hombre.

Controlo mi expresion y vuelvo a mi posicion de antes.

—¿Por qué quieres cancelar el compromiso?

—No creo que tu seas una mujer digna de estar con un hombre como yo, además tu apariencia no es la mejor que digamos. — así que este idiota considera que no soy digna de ser su esposa, al parecer le imparta más la apariencia de las personas que el cerebro oh su manera de ser, él es de esos hombres que solo se fija si una mujer tiene buenos pecho, un gran trasero y un buen tratamiento de belleza.

—Sé que no soy muy bonita que digamos, pero eso no te da derecho a despreciarme. — digo algo molesta.

—No te desprecio, solo no creo que estemos bien juntos, por lo que te pido que rechaces el matrimonio.

es un hombre interesante, anoche negó mi belleza, pero luego me persigió, hasta me desprecia. el esta proponiendo lo que yo quiero, pero la verdad es que intenta echarme la culpa de que se cansele nuetro compromiso, pero que ni crea que yo caere en su trampa.

Pero ya sé que el no quiere casarce conmigo.

—Lo siento, pero yo no puedo deshacer este compromiso, todo esto es planificado por mis padres. Vengo aquí solo para seguír sus órdenes.

—¿No puedes recchazar su petición?

—Lo siento mucho. Señor, si no se quiere casar conmigo, ¿Por qué me invitas?— yo pongo cara de inocente.

— "No sirves para absolutamente nada"— me regaña

El se queda pensativo y preocupado, y se pasea angustiado en el cuarto por un rato.

—¿Señor?

— "cállate, eres una molestia"

—" Pero... Pero nos estan esperando"

El hombre se vuelve quieto, con sus brazos cruzados y pensando en algo.

— ¿Te gusta alguien más?— pregunto tentativamente

El me mira sorprendido, pero rápidamente él vuelve a centrarse en nuestra conversación.

—Si así es. —me contesta y por alguna razón me siento enojada con lo me acaba de decir y lo está sucediendo en este momento, pero no pienso dejar que me desprecie de esta manera, además su abuelo es un hombre muy poderoso y si le hago el desaire de rechazar a su querido nieto no creo que a mi familia y a mi nos valla bien.

—Pues lo siento por ti, pero no voy a romper el compromiso, dile a tu novia que ya no eres soltero. — le digo y salgo del despacho sin permitirle que diga una sola palabra más.

¡Qué hombre más insolente y creído! se atreve a pedirme que rompa el compromiso para irse con otra mujer, es todo un idiota.

Regreso a la sala donde están todos y yo me siento cerca de mis padres.

—Los dos ya se están conociendo. — dice el abuelo de Albaro y yo asiento con la cabeza.

Andrew llega a la sala y no se ve muy contento, pero no me importa, no pienso de ninguna manera complacerlo, además mis padres me arrancarían la cabeza si yo hago algo como eso.

Una de las trabajadoras de la casa vino a donde estábamos y anunció que la mesa estaba servida.

—Pasemos al comedor. —nos indicó el abuelo y todos nos dijimos hacia donde él nos indicó, todo en eta casa es imponente y el comedor no es la sección, en el pueden almorzar alrededor de veinte personas y su diseño es como entre lo moderno y lo antiguo.

Todos tomamos lugar en la mesa y el almuerzo fue cérvido. Empezamos a comer y Andrew de vez en cuando me dedicaba una mirada amenazante, el piensa que con esa actitud me está intimidando, pero si el desea que nuestro compromiso se rompa que lo haga él por qué yo no lo hare.

—Los dos hablaron sobre el compromiso si no me equivoco verdad. —dijo el abuelo y yo me hice como la que no era conmigo.

—Sí abuelo Camila y yo hablamos seriamente sobre el compromiso. — le contesto Andrew mientras me observaba de manera amenazante, como quien dice “tienes que hacer lo que te dije.” Pero él está equivocado si cree que cederé antes su supuesta superioridad.

—Bien y en que quedaron.

—Estuvimos de acuerdo en casarnos. — dije rápidamente y vi como los ojos de Andrew casi se le salen de las cuencas cuando me escucho decir semejante estupidez, y digo estupidez porque ahora me voy a casar y en realidad no quería este matrimonio.

Todos nos felicitaron. Pero mi prometido estaba tan enojado que si lo pinchaban con un alfiler no sentiría nada.                                                                                                                                    

Pero no me importa, por ahora lo importante es quedar bien y que su abuelo no se enoje con mi familia.

Nuestra familia se la paso charlando muy entretenida y yo solo miraba a Andrew Montecinos de reojo para ver su nefasta actitud, él estaba furioso, lo que es comprensible tomando en cuenta el hecho de que yo le lleve la contraria y anuncie nuestro compromiso y además él no ha probado un solo bocado de su comida. Cuando el almuerzo termino volvimos a la sala. Yo en este lugar me sentía tensa y no podía pensar con claridad, por lo que creo que tendré que salir de este lugar y tomar un poco de aire fresco.

_ Disculpen, pero me gustaría salir a caminar, ustedes sigan con su conversación.

_ Por supuesto, esta es tu casa, tomate tu libertad. _ me dice el señor montesino.

Yo aproveche su aprobación para salir de en medio de esa sofocante conversación. Sali lo rápido que pude de la casa y me dirigí al jardín el cual no puedo negar que es muy hermoso. Aquí me sentí tranquila y muy bien, por lo que el estrés que estaba provocando esta situación en mi está desapareciendo y me siento mejor en este momento.

De pronto siento como alguien me toma del brazo y en un momento estoy contra la pared. Andrew esta frente a mí y me tiene acorralada.

— ¿Qué es lo que te pasa? ¿acaso estás loco? ¡suéltame! — le digo enojada a este idiota.

—¿Qué es lo que te pasa? te pregunto yo a ti, se suponía que rechazarías el compromiso, y ahora según tú los dos estamos de acuerdo en casarnos.

— ¿Qué? Pretendías de verdad que yo tomara la responsabilidad de todo y hacer que se enoje tu poderoso abuelo, olvídalo, además fuiste tú el que me elegio para ser tu esposa no yo a ti. —le digo y le muerdo la mano para que me suerte de su agarre.

— ¡Eres una m*****a loca! _ me grita enojado.

—Él el loco eres tú si crees que me vas a intimidar, seré fea y todo lo que quieran, pero no pienses que vas a humillarme. —le digo y me voy.

No puedo creer que me casare con un estúpido como él, ahora mismo voy a romper este estúpido compromiso y no pienso de ninguna manera involucrarme con este idiota.

Entre a la casa y me dirigía a la sala donde estaban mis padres y el abuelo del Andrew, me arreglé un poco y procedí a pasar, pero una conversación me detuvo.

—Como su hija ahora será parte de mi familia, su compañía estará libre de la deuda que tienen conmigo, y estaré enviando a un asesor financiero para que los ayude a conseguir inversionistas y su empresa crezca. — les dice el abuelo de Andrew a mis padres y en este momento me sentí encadenada, si rompo mi compromiso arruinare a mi familia y el negocio de mi padre.

Decidí no entrar a la sala, he irme a no sé dónde, ahora no sé qué hacer ni a donde ir. De pronto siento que me toman del brazo y cuando miro es el loco ese de nuevo.

—¿Qué es lo que quieres?

—Necesitamos hablar y llegar a un acuerdo. — me dice y yo asiento con la cabeza.

—Ok ¿y cuál es tu idea?

—Te la diré, pero no aquí, pueden escucharnos y no creo que sea lo más conveniente por ahora.

—Bien entonces busquemos otro lugar.

—Claro, lo ideal es que vallamos al despacho.

—Ok. — le digo y los dos nos dirigimos a su despacho.

—Dime que es lo que quieres ahora.

—Lo primero es que no pretendo discutir contigo, ahora mismo tú y yo tenemos un compromiso que gracias a tu imprudencia no podremos echar para atrás.

—Disculpa, pero creo que si fueras más hombre entonces hubieras tomado la responsabilidad de terminar el compromiso y no dejarme la responsabilidad a mí.

—No puedo romperlo.

—¿Y crees que yo sí puedo?

—Como sea. _ dice interrumpiéndome. _ ahora los dos nos tenemos que casar, pero ese matrimonio sólo durará tres meses y luego nos divorciaremos. Cada quien vivirá su vida y ninguno va a interferir en la vida del otro, así con la boda los dos complacemos a nuestra familia y evitamos que mi abuelo se enoje, luego a los tres meses alegaremos que no somos compatibles y que no podemos estar juntos por lo que nos divorciaremos.

Escucharlo decir tan tranquilamente eso, como si nuestro matrimonio no fuera nada me hizo sentir incómoda, pero ya estoy metida en este enredo y lo mejor será aceptar su propuesta.

—Ok, me parece bien. Dentro de tres meses nos divorciaremos y cada quien continuará con su vida sin interferir en la del otro, pero esto lo haré con la condición de que le brinde todo tu apoyo a la empresa de mi padre.

—Bien, si esa es tu condición acepta.

— Entonces así será.

Los dos salimos del despacho y regresamos a donde se encuentra nuestra familia.

—Oh, ya regresaron. _ dijo mi madre al vernos llegar juntos.

—Sí, estábamos platicando y conociéndonos un poco más. _ le digo mientras tomo asiento.

—Hija el señor Montecinos y nosotros estábamos hablando sobre cuando sería la mejor fecha para celebrar su boda.

—Mientras más pronto sería mejor. _ dice Andrew y yo lo miro sorprendida.

—¿Cómo dices? _ le digo sorprendida.

—Creo que lo ideal es celebrar una ceremonia pequeña entre nosotros y si es posible que sea el próximo fin de semanas.

—Me parece una buena idea. _ dice el abuelo de Andrew y yo me quedo sorprendida al ver cómo van las cosas, pero sospecho que el interés de que nos casemos así de rápido es porque mientras más rápido nos casamos, más rápido pasan los tres meses y nos divorciamos.

—Entonces que así sea. _ respondo y él me mira satisfecho.

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