Capítulo 43. Sospechas y temores
Mientras iban camino al hospital, Carolina comenzó a marcarle a Inés; sin embargo, cada intento que hacía para comunicarse era infructuoso. El celular salía apagado, aumentando la preocupación de la mujer.
—Lisandro, algo debió pasarle a Inés, porque ella nunca deja sin responderme una llamada. Si en el momento no puede hacerlo, al minuto me marca —respondió con preocupación.
—No te preocupes, vamos a averiguar qué le pasó, además, esperemos si se comunica contigo.
Sin embargo, los minutos pasaron y no recibió ninguna llamada, lo que angustiaba más a Carolina.
Lisandro se apresuró a conducir al hospital, mientras que Carolina sentía la ansiedad creciendo con cada segundo que pasaba. El silencio en el auto era tenso, ambos sumidos en sus propios pensamientos y preocupaciones.
Cuando llegaron, corrieron hacia la habitación de Trina. María los recibió con una expresión de alivio en su rostro.
—¡Gracias a Dios que están aquí! —exclamó.
Carolina se acercó rápidamente a la cama de su hija,