- Veamos si eres flexible.
Me pongo alerta ante sus palabras. No
soy para nada flexible. Se coloca entre mis piernas, toma
mis tobillos y se acerca a mi cara. Besa mi frente, mejillas, nariz y termina
en mis
labios. El beso pasa de lento a feroz. Su lengua danza con
la mía y gimo cada vez más. Tira de mi labio entre sus dientes hasta que siento
un líquido metálico deslizarse en la comisura de mi labio.
-Me has roto el labio-susurro y
abro los ojos.
Los suyos me mira de una manera que
no se explicar.
-Tal vez..sera para que sepan que Tienes dueño....ahora
relájate.
Besa mis labios una vez y pego un
grito cuando eleva mis piernas hasta
la altura de sus hombros. Ignacio enarca una ceja y
cierro la boca.
-Tranquila, nena.
Ahora si pego un grito cuando entra en mi de un solo
movimiento. Ignacio jadea y cierro los ojos. Siento como piernas son llevadas
hasta mis pechos y cuando abro los ojos y siento mi cuerpo un tanto incómodo me
doy cuenta de mi posición.
Tengo las rodillas pegadas a lo