Cuando abro los ojos lo primero que
busco es a Ignacio y suspiro al verlo
acostado de forma incómoda en un
pequeño sillón gris.
-Bueno, al menos sigo viva -murmuro y cierro los ojos.
No quiero volver a tener otro hijo. El
embarazo es bonito, solo en ciertos
momentos.
—¿Dayan?
Abro los ojos y la cara de preocupación de Ignacio es lo que
me hace ponerme alerta.
-Estoy bien.- Él se acerca a mi y besa mi frente.
—Casi me da un ataque cuando me
sacaron-susurra y lo miro a los ojos.
-Sigo aquí.
Ignacio no sonríe y solo me abraza. Me
dejo ser por el hombre que me da
dolores de cabeza y sonrisas estúpidas.
Llevamos un año juntos, ya tengo 19
y él 28... Los meses pasan demasiado
rápido para mi gusto. Incluso mi
embarazo paso demasiado rápido.
-Creí que te perdía...- Lo abrazo y respiro hondo su aroma,
Huele tan bien...
—No me has perdido. Sigo aquí.
Nunca me iré.
Beso su mejilla y dejo que me abrace
por todo el tiempo que quiera.
La verdad es que no quiero dejarlo.
No está en mis planes dejar