Capítulo 31. Sorpresa
Callista sabía que esto era una locura, no estaba en sus cinco sentidos y que iba a arrepentirse de continuar; sin embargo, en el fondo, necesitaba sentirse consolada. Cerró los ojos y acortó la distancia entre los dos. Sus labios tocaron los de Apolo y fue sacudida por una violenta descarga que le recorrió el cuerpo.
Apolo sostuvo el cuerpo de Callista entre sus brazos como si fuera una delicada y carísima pieza mientras la besaba con increíble ternura. La calidez se extendió por cada rincón de su cuerpo y el deseo de protegerla se intensificó.
Sin embargo, la seriedad del momento lo obligó a apartarse de aquel delicioso calor. Tenía que pensar con la cabeza sobre sus hombros y no con la de su entrepierna.
—Lo siento —murmuró Callista, mirando a Apolo.
—No te disculpes, ni siquiera te arrepientas, Callista —le pidió. Tomándola de las manos, la ayudó a terminar de entrar, la llevó al sillón y volvió por la maleta, cerrando la puerta.
Callista lo miró en silencio, el hormigueo en sus l