Lucca la besaba con destreza, con una profunda pasión, rodó el asiento donde estaba Valeria, corriéndolo todo hacia atrás, mientras se cambiaba de lugar, se colocó a horcajadas encima de ella, pero apoyando sus piernas en el piso para no cargarla con el peso de su cuerpo.
— ¡¿Qué haces?! —Exclamó asustada— ¡¿Acaso estás loco?!
—Si r