Capítulo trece
-Elisa-
Xanthos maldijo en voz baja y yo di un salto hacia atrás, como si hubiese gritado. Luego, me di cuenta de que se había apartado por la presencia de un camarero.
— Gracias, Koll. Puedes retirarte —rápidamente lo despidió. Su voz era suave, pero podía sentir la extensión de su mano mientras me conducía hacia una silla y después, me ofecía un cóctel.
Pensé que seguramente creería que era estúpida. Cada vez que me tocaba, me echaba a sus brazos sin dudar. Estaba claro que él sí que era un hombre de mundo, y además muy amable. No todos los poderosos trataban con amabilidad a los que trabajaban para ellos. Lo había intuído desde el principio, y ahora lo confirmaba.
Esbocé una sonrisa y probé el delicioso cóctel a base limón; nunca lo había probado.
— Te deseo, Elisa.
Sentí que mi corazón se detenía y luego comenzaba a la