Estaba frente a él, con el agua corriendo hasta el suelo y tan desnuda como…
—¡Maldición! —gruñó salvando ante su cara espantada los dos metros que los separaban y empotrándola contra la pared.
La había extrañado hasta el infinito y más allá, y que lo primero que viera de ella fuera su cuerpo debajo de la ducha, no ayudaba en nada a calmar aquella ansiedad. Su boca le supo a cielo abierto, y sus manos rozaron las caderas de Skyler antes de cerrarse sobre sus nalgas y apretarla contra él con un gruñido.
Por unos segundos, pocos y fugaces, Skyler olvidó quién era, lo que hacía allí, incluso que estaba completamente desnuda entre la fría losa del baño y el cuerPo caliente de Eric; pero algo, quizás su parte más odiosa y traicionera, le recordó que era muy posible que él hubiera hecho exactamente