Aunque podía notar que estaba molesto. Amat trató de comportarse con la mayor educación y cordialidad. Le explicó que su hija era la mitad del Celta Bennu, de la manada La Maat Ra. El alfa Nicolás se había girado para su hija y la espetó con furia.
— ¿Te vas a casar con un Celta? ¡Un debilucho Celta! ¿Me rechazas a mí, un Alfa Dominante, por un Celta? —le preguntó muy molesto.— Yo no tengo por qué rechazarte, porque nunca hemos sido nada. ¡Y para que sepas, mi Celta es único en el mundo! ¡Y tiene mucho más poder que tú! —le había respondido furiosa Netfis, y salió de la sala, rumbo a su habitación. Después de que ella se retirara, el alfa Amat había hecho todo lo posible por tranquilizarlo, aunque podía notar que era un caso perdido, siguió intentándolo para no