157. NUEVO DÍA DE ESCUELA
HORACIO:
Mi corazón se detiene un segundo, atrapado entre la sorpresa y la emoción que sus palabras me provocan. Hor, en cambio, parece imperturbable, observándola con una mezcla de curiosidad y satisfacción. Mi lobo siempre ha sido más directo; no se complica con los matices que para mí son ineludibles. Ella sigue jugando con el collar, como si estuviera buscando en él el valor para continuar hablando. Sus dedos acarician la gota de agua con una delicadeza que me hace dudar si en realidad busca respuestas o consuelo.
—¿De veras? —pregunta Hor—. ¿Horacio te gustaba desde que lo viste?
—Sí, mucho —contesta segura—. ¿Será mi mitad?
Mi lobo ronronea nuevamente, tal vez para animarla, tal vez para evitar que el silencio que sigue se vuelva incómodo.
—Puede ser, por eso sentiste esa atracción —evita contestar directamente y respiro aliviado. No es tiempo de revelar esa verdad.
—¿Piensas que debo aceptar ser su novia? —vuelve a preguntar Julieta.
—Sí, creo que debes aceptar —afirm