14. CONTINUACIÓN
Amanda suspira profundamente y se lleva la mano a la frente con gesto impaciente. Dakarai, a su lado, parece debatirse entre detenerla otra vez o simplemente dejarla hablar. Me limito a sonreír, encontrando encantadora la valentía de la niña.
—Sí, pero ya se transformó en loba —le explico, viendo cómo sus ojos se agrandan aún más—. Su olor es muy claro para mí.
—Entiendo —es lo único que dice Dakarai mientras mira a su hija.
Se queda pensativo por un instante, procesando cada palabra que le acabo de decir, resignado. Luego, sonríe ampliamente al mirar a su linda hija que me muestra sus pequeños colmillos de loba.
—Por eso mismo, he venido a ofrecerles que se vayan a vivir con nosotros —sigo hablando—. Quiero cuidar de mi Luna desde ahora.
—Pero, mi Alfa, mi manada es prácticamente de hombres. Y somos alrededor