JACKING:

Bennu nos mira a ambos y rompe el ambiente con un leve chasquido de su lengua. Lo miro sin poder dejar de sonreír al verlo tan emocionado. Mi general, mi poderoso Celta, como todos nosotros, se derrite al observar a su mitad.

—Sí sabe jugar, mi mitad, y realmente es buena —contestó Bennu entusiasmado.

—¡Ja! —Horacio suelta una carcajada exagerada mientras me da una leve palmada en el hombro—. Imagínalo, la manada entera animando a Bennu mientras demuestra sus habilidades delante de todos.

—Ya basta —murmura Bennu, sin lograr ocultar que, en el fondo, se siente bien con los comentarios.

Los tres se comportan como si el peso de los últimos días no nos hubiera alcanzado. Sus sonrisas y bromas son un recordatorio de lo que significa nuestra unión como manada: apoyo, fuerza y, en momentos como este, alivio. Pero aun así, mi mente no deja de pensar en los riesgos que trae el festival.

—Está bien, Horacio, lo haremos —me rindo ante su insistencia.

—Amet, asegúrate de que