126. MANADA LA MAAT RA
JACKING:
Nos sentimos felices de nuestra querida manada. Ha sido duro llegar a donde estamos ahora. Nuestra manada era débil en sus inicios. Si no hubiese sido por nuestras cuevas milagrosas, habríamos sido aniquilados por lo desorganizados y débiles que estábamos, siendo tan solo unos niños. Bennu era el mayor. Solo teníamos tres adultos con nosotros: Teka, Aha y mi nana.
Yo solo tenía diez años y no sabía cómo funcionaban mis poderes de Alfa Supremo. Amet y Horacio tenían la misma edad que yo. Pero logramos sobrevivir y fortalecernos hasta convertirnos en la manada por encima de todas las manadas.
Me encuentro sentado en la escalera de entrada de mi casa, aprovechando un poco del sol. La nieve se ha derretido y el bosque se ha vestido de verde. Muy pronto será el festival de las flores. Veo cómo se acercan sonrientes mis hermanos.
—Hola, chicos, ¿qué los hace tan felices? —pregunto con una sonrisa.
—Hola, Jacking, se nos ha ocurrido una idea para el festival de las flores —m