Héctor se convierte en Anker, que gira, mirando a todos los miembros de su manada con furia. Netfis y Bennu también han tomado la forma de lobos, al igual que el alfa Amat. Anker mira a Bennu y, de pronto, desata una tormenta de rayos y centellas que va aumentando en intensidad. Bennu interpone su poder del fuego para detener los ataques, y Netfis también desvía la energía. El alfa Amat ruge con su voz de alfa. Anker se detiene y agacha la cabeza. En ese momento, todos vuelven a ser humanos.
—¿Alguno de ustedes se imaginó siquiera poseer el poder que tienen los de esa manada? —pregunta Noel—. No sé qué decidirán los antiguos y ustedes, pero yo seguiré siendo el beta del alfa Amat, donde quiera que él vaya, y mi hijo seguirá a su alfa, adonde quiera que él decida estar. Él ha decidido unirse a La Maat Ra. ¡Nosotros le seguiremos! ¡Porque yo quierIsis estaba muy feliz porque sus padres habían vuelto. Practicaba mucho para lograr controlar a Ast, su loba interior, quien la ayudaba enormemente. Juntas habían explorado todas sus memorias desde que su padre las bloqueó, para que Isis pudiera ver cuánto habían crecido. A veces, Ast se sentía triste y otras, feliz. Isis comprendía que eran dos almas en un solo cuerpo que se iba transformando. Además, estaba contenta porque las cosas con su Alfa iban muy bien. Sin embargo, últimamente él estaba tan ocupado que apenas podían hablar, lo que no le gustaba nada. Desde que le había permitido tocarla de esa manera, Isis empezaba a sentir que su Alfa se estaba alejando.Aquella mañana, sus padres vinieron a visitarla. Se estaban quedando en casa de Jacking. A pesar de lo buena persona que era, a Isis ya no le emocionaba hablar de él. Se había enamorado completamente de su Alfa Sup
Mientras regresaba a su forma original, Isis sintió una mezcla de alivio y frustración. La transformación no era fácil, pero cada intento que hacía la acercaba más a su destino junto a su Alfa. Mat la observaba con infinita paciencia, consciente de que el camino no era sencillo, pero a su lado, Isis tenía la certeza de que cualquier desafío podría enfrentarse con valor y amor.— Lo has hecho muy bien, mi Luna —dijo Mat mientras caminaba hacia su lado—. Quiero hablarte de algo muy importante. Ya casi dominas tu forma de ser como loba Ast. Pero sabes que, para convertirte en tu cuerpo real de humana, ¡el Alfa Supremo tiene que marcarte, y yo debo marcar a Ast!— ¿Te refieres a la marca que me explicó mi Alfa el otro día? —preguntó Isis, interesada en el asunto, cansada de habitar solo en sus memorias.— Sí, mi Luna, a esa misma &mda
Sabía que sus presentimientos no eran falsos; los vampiros habían logrado localizar sus manadas y habían empleado hechizos que hacían aparecer sus fronteras. Al final, la manada Luna Nueva aceptó integrarse a la suya. Aunque los antiguos se rehusaron al principio, la mayoría decidió unirse a ellos.Realizaron la ceremonia de juramento y otorgaron poderes a todos los miembros. Las mujeres fueron las más decididas; se unieron al batallón de su hermana, que ya dominaba sus habilidades. Los hombres, inicialmente reticentes a entrenar al lado de ellas bajo la dirección de Héctor, se entusiasmaron al presenciar las batallas que llevaban a cabo Merytnert y Héctor durante el entrenamiento, y ahora entrenaban juntos con gran fervor.La manada de hombres del padre de su Luna también se incorporó a ellos. ¡Era un increíble batallón mortífero, lleno de poderes!
Teka continuó explicando que Horacio debía enviar energía al corazón de su mitad hasta que ella se acostumbrara a vivir por sí sola. Esta explicación hizo que el Alfa respirara aliviado ante la simplicidad y la esperanza que sugería esta solución.—Tienes que explicárselo todo, mi Alfa, para que logren despertar, porque Horacio ha intentado hacerlo varias veces, pero siente cómo el corazón de Julieta late desesperadamente y luego se detiene —continuó el gran doctor Aha—. Dile que, antes de hacer cualquier esfuerzo, debe darle energía al corazón de Julieta.—Muy bien —respondió el Alfa, convencido de que había encontrado la ruta precisa hacia la solución.Con toda la determinación de un líder en su misión, se concentra y comienza la transformación del Alfa Supremo. La transformación
Después de practicar un poco más, Isis ya puede caminar sin problemas. Ast y ella se han unido y dominan mejor cada movimiento, pero Isis sigue sin poder ver a través de los ojos de su loba, lo que la frustra profundamente. Cada paso que da, aunque firme y seguro, viene acompañado de una tiniebla que le impide ver como desearía. Frustrada, le cuenta a Ast lo que le dijo Mat, el lobo del Alfa Supremo, y ambas acuerdan el siguiente paso a seguir. Desean estar con su mamá y su papá, y también quieren hacer lo otro. Saben que los demás las entienden con empatía y sin necesidad de palabras.—¿Ya empezaste a delirar, Isis? —escucha de repente, como un eco familiar que resuena suavemente en su mente. Era la voz de su conciencia, apareciendo de nuevo, esa inmutable acompañante que siempre estaba presente cuando faltaba Ast.—¡Oye! ¿Dónde estuviste todos estos d
Estaba muy ansiosa y acobardada, pero decidida a actuar para salir de esa situación que había durado demasiado por su immadurez y cobardía. Sus padres la necesitaban, especialmente su madre. Ísis poseía el poder de sanar a los seres sobrenaturales porque en ella reencarnó la gran diosa Isis. Y era una diosa valiente; había luchado contra su cuñado, el Dios Seth, había salvado a su esposo Osiris y tuvo a su hijo Horus, quien logró vencer a su tío. Así que era su turno de ser como ella y enfrentar todo por aquellos a quienes amaba.Casi se queda dormida pensando en la historia de la Diosa Isis para darse valor. El Alfa Supremo se había demorado más de lo que acostumbraba; ya Ísis pensaba que no iba a venir a verla cuando lo escuchó llamarla.—Mi Luna, ¿dónde estás? —la voz del Alfa sonaba ansiosa, resonando en el aire como un suave
Quiere resistirse, hablar del asunto primero, explicarle todo lo que deben hacer y su significado, pero lo que está experimentando derriba sus defensas mientras la besa apasionadamente. Se dice a sí mismo: "¡No voy a poder aguantar! ¡Oh, mi Luna, qué me haces soportar!"—Mi Alfa —susurra sensualmente sobre sus labios, dejando que cada palabra flote como una suave caricia.—Sí, mi Luna —responde él, desprendiéndose de su boca y, por instinto, volviendo a esconder su cabeza en su hombro, lamiendo ahí donde debe ir su marca, atrayéndola por la cintura. ¡Está derrotado, no puede escapar! Se convence de que va a hacer todo lo que ella quiera, porque en esos momentos siente que Isis es la que manda; él solo puede seguir. Su cuerpo la reclama. Su lobo la quiere. Su humano también. Su Alfa se rinde definitivamente ante su Luna.—¿Puedes hacerte u
Y como su instinto le pide, baja hasta su cuello, donde pasa su lengua y desata una corriente de placer que estremece a su Isis. Cada vez que pasa por donde están las marcas de sus colmillos, ella grita de placer, atrayéndolo con fuerza como si quisiera más de lo que él da. Puede verlo en sus ojos ahora dorados. Su Luna lo desea, quiere que el placer siga multiplicándose.—¡Quiero más, mi Alfa, quiero más! —le pide enloquecida, haciendo que el Alfa se decida por completo. ¡Ya no hay marcha atrás! Se convierte en el Alfa Supremo y comienza a introducirla, abriéndola con cuidado. Es su primera vez y por eso se aguanta de no empujar de golpe; está muy estrecho el interior de su Luna, lo cual le complace al saber que es el primero y el único que habitará en su interior. A pesar de que es consciente de que le provocará un dolor placentero, se obliga a tener