Fiorella Bianchi
-¡Le estoy hablando que acaso está sordo!
Y sólo se escuchan los grillos por que el hombre dejo de respirar.
Torpemente contesta -Quiero que me digan dónde está mi hija
-Déjese de estupideces ¡sáquenlo de aquí! Basilio tu estas a cargo de la guardia ¿Cómo entro este imbécil a mi casa?
-Lo siento señor no volverá a pasar – Basilio saca al hombre muy molesto.
-Y ustedes dos en donde demonios estaban para que este idiota entrara.
- Estaban conmigo me estaban ayudando y como podrás notar Flavio no me ha dejado caminar – estando aún en los brazos de Flavio – por cierto ya me puedes bajar.
-Claro – me acomodo en el sofá.
-¿Cómo te sientes hermana?
-Bien no se preocupen, claro pareciera que me paso un tren pero bien, a los que veo como si nada es a los muchachos ¿Qué ustedes son de roble?
- Y del más fino hija –dice mi padre
-Han de comer la semilla del ermitaño.
Pasamos una tarde agradable, en familia tenía adolorido el cuerpo con Ale y Fab vendo películas hasta que nos lle