En un momento de vulnerabilidad, su primer pensamiento fue compartir sus sentimientos con Lison. Con las manos temblorosas marcó su número y esperó con nerviosismo a que respondiera. Cuando lo hizo, sus palabras salieron con una mezcla de frustración y pesar.
—Hola, estoy viendo tantas publicaciones de mierda. Dicen cosas terribles, y sé que no son ciertas, pero… —tomó aire y como si fuera su secreto más vergonzoso le dijo—: me duele.
El hombre del otro lado de la línea cerró los ojos con fuerza y luego de unos segundos le respondió:
—Libia, la gente hablará y creará historias sin fundamento. No dejes que eso te afecte. Tú y yo sabemos la verdad, y eso es lo que realmente importa. Los demás que se vayan al carajo.
Libia se limpió las lágrimas, agradeciendo las palabras de Lison. A pesar del vendaval de chismes, se repitió a sí misma que lo iba a superar.
***
El set estaba listo para otra sesión de grabación, pero el ambiente se sentía cargado después del reciente escándalo que habían