Laureano Kovacs corría desesperado por los pasillos del hospital. Saber que su amada Esmeralda había sido ingresada de urgencias cuando había ido a buscar a su nieta. Buscó con prisa la habitación de su esposa. Una vez en la puerta respiró profundo…meneo la cabeza y contó hasta diez. Debía ingresar lo más tranquilo posible para no alterarla a ella.
_ Mi preciosa Esmeralda ¿Qué ocurre? _ dijo dando un hermoso beso en su frente.
Ella comenzó a llorar más profundo y se refugió en el pecho de su marido que seguía siendo fuerte y muy apuesto.
_ Gema…era Gema…_ decía la mujer muy consternada, le costaba calmarse. Le estaba dando verdaderamente un ataque y era necesario calmarla.
Una enfermera ingresó junto con el doctor que había atendido a la abuela. Evaluó la condición de la mujer y consideró que lo más prudente era inyectar un calmante. No se podía calmar y era necesario lograr que se tranquilizara para que su tensión no volviera a dispararse.
La mujer poco a poco comenzó a dormirse, aunq