Los años habían transcurrido de manera inexorable. Las familias se habían unido más aún, si era posible y habían crecido de manera exponencial.
Adriano ya tenía cuatro hijos, y si no fuera porque su esposa ya no quería tener más hubieran seguido. El hombre quería tener una familia muy numerosa, quería llenarlos de amor y cuidados.
Anastasia y Fabricio habían tenido dos hijos más después de la hermosa Alana. Eran dos varoncitos muy traviesos que hacían renegar en gran manera a su madre, ya que su padre siempre los apañaba y les dejaba hacer todo lo que se les antojara.
Viggo y Lara eran, sin duda, los más prolíficos y es que además de los gemelos, ellos habían tenido a unas hermosas niñas idénticas a su madre. Eran dos muñecas rubias de ojos verdes esmeralda. Sin duda alguna una gran familia, junto con Bautista eran cinco los niños a su cargo.
Todos en la ciudad admiraban la gran y hermosa familia que se había conformado. Ellos disfrutaban de su tiempo juntos. Hubo dificultades, sin lug