“Creo que va a salir bien”, digo, mirando detrás de mi loba. “Está muy emocionada”.
Ambos aceleramos nuestros pasos cuando mi loba se detiene junto a un pequeño parche de arbustos verdes y de nuevo gira en su ansioso círculo. Sus saltos se vuelven aún más ansiosos a medida que nos acercamos.
Ven,