Ella
“Ay, Ella”, suspira Cora, con los hombros caídos al ver mi reacción a sus palabras. Se acerca a mí y me envuelve en un fuerte abrazo. “Lo siento”, murmura en mi pelo, “no debería haberlo dicho así”. “No”, resoplo, “tienes razón, debería haberte escuchado...”.
“No pasa nada. Te has portado muy