“Sí”, dice ella, mirando hacia las estrellas y luego girando la cabeza para mirar a Roger, sonriéndole.
No puedo evitar que mi propia sonrisa cruce mi rostro mientras los miro. Y luego, mientras se miran el uno al otro, decido que esa es mi señal.
Lo más silenciosa que puedo, me levanto de mi pequeñ