Y honestamente, como la lluvia, la risa trajo un poco de paz. Ahora lo veo en su cara, que confía en mí, que sabe que pase lo que pase sigue teniendo a su hermana de su lado. E incluso en el peor de los casos, seguiremos encontrando algo de lo que reírnos.
"Dios, Cora", murmuro, sacudiendo la cabeza, agarrándole la mano y dedicándole una sonrisa triste. "¿Qué vas a hacer?".
"No lo sé, Ella", dice Cora con un suspiro, aún mirándome fijamente, con los ojos un poco perdidos.
"¿Vas a... quedártel