Para mi sorpresa, Rafe no responde, excepto para enviar un pulso de energía hosca a través de nuestro vínculo: una petición de mi afecto en lugar del de Sinclair. Añado mi toque y mi voz, pensando que podría entender el problema: "Vamos, ángel, estabas tan emocionado por volver a sentir a tu papi". Le recuerdo: "No te enfades cuando por fin ha vuelto con nosotros".
Sinclair frunce el ceño y se da cuenta. "Siento haberme ido, pequeño. Créeme cuando te digo que era lo último que quería. Nunca qu