‘¿En serio?’, le exijo. ‘Pequeña descarada…’.
‘Oye, no me juzgues’, responde ella indignada. ‘No hay nada de malo en saber lo que quieres y perseguirlo’.
‘Disculpa, ¿pero en realidad sabes lo que quieres?’. Me burlo en silencio. ‘En un momento lo estás provocando y al siguiente te retuerces debajo de él como una gata en celo’.
‘Oye, no me llames gata, eso es ofensivo’, responde ella. ‘Además, todo es parte del juego, tontita’. Prácticamente puedo oírla poner los ojos en blanco. ‘Verás. Él nec