Aparco mi coche frente a la casa de los Carter y entro con determinación. Camino directamente hacia la oficina de Darius; sé que está allí porque el olor me guía hasta ella.
Al acercarme, escucho muchas otras voces—otra reunión de la manada. Una más sin su falsa ‘Luna’, como de costumbre.
Abrí la puerta y entré, sin prestarle atención a la docena de personas que había dentro, excepto a mi pareja.
Él me mira directamente.
—La reunión ha terminado —dije, sin apartar la mirada.
Darius frunce los labios ligeramente, y puedo notar que está decidiendo si mandarme a volar de inmediato y mantenerse firme en su palabra de que lo nuestro se terminó.
Finalmente, asiente hacia Derek.
La gente se levanta y se va; algunos me saludan al salir. Otros me ignoran, como siempre—mi reputación sigue siendo mala.
Cuando la puerta se cierra, camino hacia su escritorio sin romper el contacto visual, y me planto frente a él con las piernas separadas, las manos en los bolsillos.
—Bienvenida de vuelta. Luna —di