Dos semanas después
La puerta de entrada de la casa se abre de golpe y escucho la voz airada de Darius desde el piso de arriba.
—¡Estoy bien! Es un corte superficial… ¡Maldita sea!
Corro escaleras abajo y encuentro a Darius siendo sostenido por dos hombres apresurados, uno a cada lado, sangrando abundantemente por un corte que parece profundo, justo encima de su costado izquierdo. Hay varios moretones y marcas en otras partes de su torso descubierto.
—¿Qué pasó? —mis manos corren hacia él.
—Lila —me mira—, no es nada. No deberías estresarte.
Hay un tono autoritario en sus palabras, y sé que se refiere al posible hijo que podría estar esperando. Ya han pasado dos semanas desde aquel “accidente”. Si estuviera embarazada, él ya lo habría sentido.
Aun así, coloco una mano protectora sobre mi abdomen mientras me agacho.
—Dime qué pasó —repito, ahora exigiendo una respuesta.
—Perdimos a Kyle y Ezra —admite con el corazón pesado.
Al verlo así, herido, incluso olvido que estoy enojada con él.