De repente, una mezcla de emociones la inundó.
Natalie miró su teléfono un momento y tecleó lentamente una línea.
[Tienes algo en mi casa, ¿cuándo puedes venir a recogerlo?]
El mensaje de Leonardo llegó.
[Lo tiras.]
Su charla terminó, Natalie no contestó, y se sintió molesta.
Dejó el teléfono a un lado y se obligó a no pensar en Leonardo.
A la mañana siguiente, cuando Natalie llegó a la oficina, Ruyman entró con una invitación.
—Señorita López, esta es una invitación de la familia Ruiz, Edisen Ruiz va a celebrar una fiesta de cumpleaños por su sesenta en el Hotel Próspero dentro de una semana y usted está invitada.
Natalie asintió con la cabeza, —Pues prepara un regalo.
—Sí.—Ruyman dejó la invitación y se marchó.
Natalie dejó el papel que tenía en la mano y leyó la invitación.
Leonardo y Fausto eran muy amigos, la fiesta de cumpleaños de Edisen, seguro que estaría allí.
Natalie estaba debatiendo si asistir a la fiesta, Tina la llamó.
— Natalie, vendrás a la fiesta de Edisen la semana q