Nina asintió, —Sí. ¿Algún problema?
Natalie frunció el ceño, señalando algunos problemas en el dibujo del diseño, —Son errores que sólo cometen los novatos, y con tu habilidad, debería serte fácil evitar esos problemas.
Nina miró el diseño y dijo avergonzada, —Señorita López, lo siento, no me di cuenta, no volveré a cometerlos.
Natalie no siguió criticándola, la miró y le dijo: —¿Estás metida en algún lío últimamente?
—No. ¿Por qué lo pregunta?
—Veo que no estás bien.
Nina frunció los labios y bajó los ojos, diciendo: —Le prometo que no dejaré las cosas diarias afecte al trabajo.
—Vale, modifícalo.
Al sacar el diseño del despacho de Natalie, Nina volvió a enrojecer los ojos.
Desde que se enteró de que Tadeo y Matilde estaban prometidos, se había sentido tan disgustada que no sabía cómo debía controlar sus sentimientos.
Pero él ya estaba comprometido, y ella no podía ser tan descarada como para ir a buscarlo otra vez, así que parecía que el enamoramiento tendría que terminar sin dejar r