- Ya encontraré un momento apropiado para contárselo a la abuela, y hasta entonces, espero que lo mantengas en secreto.
Natalie le miró con el ceño fruncido, siempre con la sensación de que algo iba mal.
-¿Cuánto tiempo tardarás?
-Tres meses.
Tras unos segundos callada, Natalie asintió.
-Bien, espero que puedas mantener tu palabra.
Tras decir esto, Natalie estaba a punto de marcharse y fue atrapada de nuevo por Leonardo.
-Espero que puedas cooperar conmigo, cuando vaya a ver a mi abuela, vienes conmigo.
-Leonardo, no pidas demasiado, ¡ocultar este asunto ya es lo último para mí!
Leonardo la miró y lentamente dijo: -Desde la última vez que se desmayó, la salud de la abuela está cada vez peor, no quiero que la abuela se preocupe más por nosotros.
-Entiendo, ¿tienes algo más?.
Leonardo le soltó la mano y asintió, -No.
-Entonces, ¿puedo irme ya?
Al ver que Leonardo no decía nada, Natalie se dio vuelta y salió del cuarto privado de inmediato.
Leonardo se quedó parado un rato antes de volver