Por fin, dijo él.
—Nora, te echo de menos.
Su voz era grave, y por un momento Nora tuvo la ilusión de estar de vuelta cuando habían estado enamorados.
Pero sólo una ilusión.
Parpadeó con burla y dijo en tono tranquilo: —Álvaro, no me echas de menos, es que ahora estás de mal humor y necesitas a alguien que te acompañe, eso es todo.
Dicho esto, colgó.
No quería seguir con él, y las cosas que había hecho a sus espaldas le hicieron sentir que nunca le había conocido y que le daba miedo.
Poco después, Álvaro volvió a llamarla.
Nora no contestó y observó inexpresiva cómo colgaba automáticamente.
Después de tres llamadas seguidas, el móvil no volvió a sonar.
Nora sonrió.
Cuando se peleaba con Álvaro, él le dijo que la llamaría tres veces y que si no contestaba, no la volvería a llamar.
En aquel momento ella le quería mucho y no se sentía agraviada, ahora quería volver a aquella época y darse bofetadas para despejarse.
Dejó el móvil e iba a dormir, de repente se encendió la pantalla.
[Nora, e