Capítulo231 Salva vidas
Ricky no dudó ni un segundo y, después de decir eso, entró rápido a la habitación y cerró la puerta, dejando a todos afuera.

Adriana parpadeó.

Hacía mucho que no discutía con alguien tan irracional. Estaba a punto de decir que no cambiaría de habitación, si Ricky tenía miedo de perder tiempo, pues que lo perdiera.

Pero, no esperaba que Ricky cerrara la puerta de golpe, dejándola sin oportunidad de amenazarlo.

El asistente de Lorenzo se acercó y le preguntó a Adriana:

—¿Qué hacemos ahora?

—¿Pues qué se puede hacer? —respondió Adriana.

—Si un perro muerde a una persona, ¿acaso la persona no puede devolver la mordida?

Agarró su maleta con decisión y añadió:

—Llévame a otra habitación.

La puerta de esa habitación estaba bien cerrada por Ricky, así que no había otra opción.

El asistente de don Lorenzo la llevó a una habitación en el último piso.

Esa noche, Lucía la llamó. Adriana le contó lo que pasó, y Lucía, que es supersticiosa, le dijo:

—Salir así no está bien. En la fiesta de mañana,
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