Evana y Marcus fueron para reconocer el cuerpo, Marcus no quiso que Evana viera eso, fue él quien entró, a pesar de hacerse el fuerte, la última vez que identificó un cuerpo, fue cuando su padre murió.
Cuando levantaron la sábana era ella, cerró los ojos, luego de verla, y asintió, volvieron a cubrirla.
—Me haré cargo de todos los gastos, así como funerarios.
El hombre le indicó de a donde debía ir para pagar por todo.
Evana estaba en los cuneros, observaba a la bebé ahí, era tan pequeña y hermosa, sonrió al verla, lamentaba que Nicol no hubiese llegado a conocer a su bebé.
«Yo sé lo que se siente perder a una mamá cuando eres tan pequeña, sé el dolor que deja, y la soledad que se carga, pobre, nadie merece estar solo en el mundo», pensó
Ella sintió una mano en su hombro, al ver, era Marcus.
—Es tan pequeñita.
Marcus sonrió al verla a través del cristal.
—¿Qué pasará con ella?
—No lo sé, pero, tiene a su padre y a Stella.
—Ellos no son confiables, Marcus.
—Lo sé, pero, si i