«Sonreí con cada gesto de tu parte, y sin darme cuenta fui el causante de ese brillo en tus ojos»
Estaba complacida con el resultado que mostraba frente al espejo, habíamos aterrizado hace poco y cada uno de nosotros se dirigo a su respectiva habitación.
Me di una ducha caliente y vestí con las prendas que Melissa puso en mi maleta, ¿Qué si estaba todo en orden?, pues la verdad no, todo lo que estaba frente a mi era ropa sumamente hermosa, el problema es el estilo que tenía esta, apenas cubría lo necesario.
Un toque en mi puerta me exaltó, miré el reloj electrónico y éste marcaba las 11:00 pm, era realmente tarde. Caminé con fastidio y abrí la puerta.
—Hola, Ángel—. Resople y abrí más la puerta para que entrará.
—¿Sé puede saber qué haces aquí a etsa hora Eidrian?—. Esté sólo sonrió y levantó algo de sus manos, mostrándome algunas películas.
—¿Es en serio?— El asintió y yo solo sonreí, no supe la razón, ambos nos