Era la única admisión que había estado esperando, y no podía creer que le hubiera tomado tanto tiempo finalmente decir algo. —Entonces, ¿qué quieres de mí?
—Todo, Beca. No quiero perderte.
Acercándome a él, rodeé su cuello con mis brazos y lo besé profundamente. Fueron momentos como este los que Jam