31.
JEREMY
Samantha está de mejor ánimo. Sé que lo que dije estuvo mal y no debí expresarlo, ahora quiero hablar con ella y disculparme.
¿Cómo se va sentir mal amarla? Si con solo su sonrisa el día mejora. Soy un imbécil de lo peor.
Dylan una vez me preguntó si creía en el destino y yo le dije que sí. Samantha y yo nos cruzamos por algo, ¿no? No solo por él.
¿Y si solo te estás excusando con ello…?
La reunión con los argentinos termina y Sam se despide de ellos, hablando en un casi perfecto español. Les sonríe a todos y estoy casi seguro de que si aceptaron hacer negocios con Rick es por ella y su amabilidad.
Mañana volveremos a Nueva York y este será el fin de los viajes para Sam hasta que dé a luz.
―Bueno, chicos. Yo iré a dormir ya. Mañana hay que levantarse temprano ―se queja Rick, levantándose de la mesa.
―Buenas noches ―se despide Sam.
―Descansa ―le digo, riéndome de su actitud.
Él resopla y nos deja solos en el restaurante del hotel. Samantha desvía su mirada hacia el plato, jugand