Emily.
Justo cuando veo que Alex comienza a mover sus pies para abrir la oficina, trato de continuar mi camino, pero para mi mala suerte él fue tan rápido que, en cuestión de segundos, ya está frente a mí.
—Emily… —pronuncia confundido. Y… ok, ha dicho mi nombre completo.
—Lo siento, vengo a ver a mi hermana —me excuso, a la vez que mi voz tiembla.
—Hola… —la voz de la desconocida quita mi mirada de Alexander para dirigirla hacia ella. Entonces ella coloca sus manos en la boca sorprendida, y aparentemente muy emocionada—. ¡No me digas que ella es Emi!
¿Qué? ¿Emi? ¿Y a esta que le picó?
—Cariño… —le dice Luciano tomándole por la cintura.
«¡P