-¿Por qué me llamas? – casi grito, pero no quiero llamar la atención en la oficina -.
-Por favor, no cuelgues. Necesito hablar contigo.
-Lo único que tengo que decirte es que hoy iré por mi auto. A las 18:30.
-Por favor, Danna… - esa pausa me enfurece más -. Creo que me equivoqué.
-No, querido. Le digo con todo e