PRÓLOGO   Porque la soledad puede llegar a ser la mejor compañera, si se le da la oportunidad de que te muestre lo que te quiere enseñar.No le tengas miedo

Me despierta la luz del amanecer, me olvidé de cerrar la cortina anoche. Aunque bien pude olvidarme de respirar y no lo habría notado. Una parte inconsciente de mi cerebro quería que todo esto fuera mentira, pero al abrir los ojos y encontrarme en la habitación de invitados en la casa de Juan, recuerdo todo y las lágrimas quieren salir otra vez. Siento un golpecito en la puerta, me acodo el pelo y me siento en la cama antes de dejar pasar a Juan. Al abrir la puerta veo que trae una bandeja con café y tostadas. Mi pobre amigo no sabe que ya hace mucho dejé el café, vagamente pienso en todas las cosas que no le he contado este último tiempo,

Cuando terminó la película, yo ni me enteré. Me quedé dormida, no pude saber si Elle se quedó con Noah, pero si sé que mi buen amigo me llevó a la cama. No en el sentido que creen.Desperté algo sofocada, sintiendo la piel de alguien más. Estaba desorientada hasta que intenté girar, pero algo no me dejaba, logré ver que la mano de Juan estaba en mi espalda. Varias almohadas estaban entre los dos y eso no me permitía girarme por completo.Cuando sus padres murieron, él tenía sólo 21 años. Estábamos en el se

Estos días fueron relajantes. En estos momentos estamos preparando todo para irnos mañana domingo de vuelta a Santiago, saldremos temprano para llegar antes de que oscurezca, necesito ver a mi madre.Desde el jueves, luego de ver a nuestro nuevo cliente, sólo hemos paseado y conversado. Ahora, mientras guardamos en las nuevas maletas todas las cosas que compramos, Juan prepara un estofado de carne que huele delicioso. Se supone que hoy conocería a Rebeca, lo que se pospuso para el próximo miércoles.Desde aquí escucho a Juan hablar con ella, me sorprende escucharle decir que

Lunes por la mañana en la oficina.Si alguien sabe algo de lo que me sucedió, disimulan muy bien. Mejor así, porque no tengo ganas de dar explicaciones ni soportar los abrazos de lástima que de seguro me lloverían. En este momento no necesito compasión ni lástima de nadie. Lo que necesito es trabajar, ocupar mi mente como siempre.Eso no es tan difícil, ya que apenas entrar a mi despacho, comienzo a planificar todo el trabajo que significa la nueva cuenta que tenemos. Contamos sólo con tres semanas para preparar una presentación espectacular, que permita