— ¿Conseguiste los papeles?— preguntó Kaylee mientras veía a La chica rubia. Wendy asintió y suspiró mientras bajaba las escaleras.
— ¡Están en mi maleta! Creo que te encantará ver lo que descubrí.
—Gracias — susurró Kaylee.
Kaylee bajó del autobús y se abrazó a ella misma. Había sido un viaje largo y cansado. Se moría de hambre y sobre todo quería acostarse en su cama, cubrirse con una sábana y llorar toda la noche.
Dante le había dicho cosas horribles en todo el camino y había hecho con ella todo lo que quería.
Aún podía sen