La madre de Kaylee palideció por completo al ver llegar a su hija cubierta de sangre. Kaylee negó suavemente y se miró el vestido. Cerró los ojos con fuerza al escuchar los gritos de su madre.
—La sangre no es mía— anuncio Kaylee con esperanza de poder callar a su madre. — hubo un accidente y un hombre salió herido... solo quise ayudarlo.
— ¿Dónde está Dante?— preguntó su madre mientras se cruzaba de brazos y la veía fijamente. Kaylee guardo silencio por un momento y suspiró antes de comenzar a hablar.
—Acaba de irse... agradeció que me dejaras pasar un momento más con él. — dijo sin poder delatar al hombre que amaba.
— ¿Piensas casarte con él? &mda