Toca esperar un día completo por la orden de Audráx para revelar nuestras pruebas a favor de los pedestales.
Cuando eso pasa, muchos comienzan a inclinar la balanza.
Yo me relajo y después de una sesión de sueño y mascarillas, voy al baño. Sin embargo, al salir, mis ojos no creen lo que aprecian: a Grace dentro de la habitación apuntándome con un arma.
— ¿Grace? –pronuncio con temblores en todo el cuerpo.
— Antes no podía tocarlas porque Calen estaba...pero él se ha ido.
— ¿Grace, qué...?
— Llama a Carson ¡ahora! Y si le revelas algo de esta sorpresa, te mato.
Mis dedos teclean su contacto pese a que la tengo en el directo. Simplemente con los nervios olvido ese detalle.
— Carson
Grace puntea que de paso al alta voz.
— ¡Dime! –parece que repite– ¿Sabes? Deberías quitarte la maña de llamar a alguien y no hablar al momento de tomada la llamada.
— Ven...
— Espera, estoy comprándonos unas meriendas. Helados y chuches...nutella también.
Grace niega.
— No. Ven ahora al dormitorio.
Gra