—¿Estás seguro de la decisión que has tomado? —le preguntó Erick, quien estaba recostado en la cama bebiendo una cerveza.

—Estoy seguro —contestó Bastian observando por la ventana, en dirección a la casa de Crys— es lo mejor que puedo hacer.

—Pues yo creo que ambos deberían dejarse de bobadas y regresar, las razones no importan si hay amor de verdad —Erick se escuchaba relajado pero con un ligero toque de preocupación.

—¿Acaso estás escuchando lo que dices? —Bastian frunció el ceño— se acostó con Milan, ese estúpido que se hizo pasar como su mejor amigo gay.

—Tú te besaste con Lulu en aquella fiesta, ¿recuerdas?, y andabas con Crys —Erick sonrió ligeramente— no veo porqué tienes que juzgarla tan duro, cuando está claro que en esa relación ambos fallaron.

Bastian recordaba ese beso, Lulu era una compañera de la universidad, era rubia, ojos verdes, y un cuerpo muy desarrollado, tenía unos senos especialmente grandes, y un trasero de diez, hubo un tiempo en el que salieron juntos, pero como a Bastian no le satisfacía ninguna chica, el resultado era el mismo, terminaron y se dejaron de hablar.

Aquella vez hubo una reunión en la casa de ella, y muchos de los más populares fueron invitados, por lo que era de esperarse que él y su grupo estaban incluidos, Bastian y Crys habían hecho las paces de la última pelea que habían tenido cuando encontró a Reachel en su habitación con la excusa de que se le había derramado la soda, no quería decirle nada a Crys acerca de aquella fiesta, ya que Reachel también era una invitada popular y quería evitar enfrentamientos entre ellas dos, por lo que ocultó aquello.

Bastian amaba con una locura extrema a Crys, y eso le asustaba, por lo que en aquella fiesta se pasó de copas y se dejó llevar entre las bromas y platicas con sus amigos, hasta que apareció la hermosa rubia llamada Lulu, con un vestido muy escotado y muy corto que dejaba a la luz sus piernas tonificadas.

—Vaya, el gran Woodwryn está presente en mi fiesta —dijo Lulu muy sonriente y con los ojos vidriosos.

—No podía perderme la fiesta del año —contestó Bastian con una enorme sonrisa en los labios— y mucho menos si se trata de una chica tan guapa como tú.

Lulu observó a Bastian con deseo y con mucha curiosidad, por lo que le dio un último trago a su bebida, dejó de lado su vaso, y sin miedo ni permiso, se sentó en sus piernas, cosa que dejó muy sorprendido a Erick, quien también se encontraba presente.

—Como en los viejos tiempos Bas —dijo Lulu con una voz muy melosa.

—No sé de que... —comenzó a decir Bastian entre risas.

—¡Bueno! —dijo Erick en voz alta— creo que es mejor que nos vayamos Bas, no creo que a Crys le agrade estar esperando.

Al mencionar aquel nombre Bastian volvió a la realidad, se puso serio y se tensó.

—Así que la famosa Crystalle Bellowk —Lulu habló entre dientes, con un tono de molestia y de burla— veo que los rumores son ciertos, han atrapado al grandioso Bastian Woodwryn, creo que tu reinado como el chico más popular, guapo y rompe corazones de todo el pueblo, acabará pronto.

—¿Qué quieres decir? —Bastian abrió los ojos como platos.

—Pues como ya sentaste cabeza, quiere decir que ya no estás en el mercado de las chicas, por lo que tendremos que buscar a alguien que te suplante como rey del colegio —aquella chica rubia dio una risilla— pero no te preocupes, quedarás en el recuerdo de toda chica que se murió por un solo beso tuyo.

—Esas son tonterías —Erick debatió a favor de Bas— es hora de salir de aquí.

Bastian no pensaba bien, estaba muy pasado de copas, y aquellas palabras de Lulu lo dejaron cabreado, eso significaba que perdería el respeto de todos en el lugar, por lo que se tomó su cerveza rápidamente y la aventó al suelo, provocando que se rompiera.

—¡A la m****a! —gritó entre risas— vamos a jugar muñeca, te mostraré que el reinado del grandioso Bastian Woodwryn, aún no acabara.

Bastian cargó a Lulu y se dirigía a las escaleras para subir a alguna habitación, pero Erick trató de detenerlo mencionando a Crys, aunque al hacerlo observó con desapruebo que él la estuviera besando.

—Pensé que eras un hombre de palabra Bas —Erick se acomodó los lentes con destreza— tal vez realmente Crys debería quedarse con Milan.

Esas últimas palabras hicieron que Bastian regresara a la realidad, entonces bajó rápidamente a Lulu y caminó directo a Erick y a sus otros amigos.

—¿Tan rápido se ha acabado la diversión? —protestó Lulu cruzándose de brazos.

—Lo siento, nunca debió pasar —respondió Bastian con voz ronca sin apartar la mirada seria de Erick.

—¿Acaso me estás rechazando? —dijo aquella chica rubia en tono muy molesto.

—Tengo novia —habló Bastian seriamente— olvida lo que pasó.

—Pues hace unos minutos parecía que no te importaba mucho tener novia —aquella chica rubia sonrió maliciosamente, mientras daba una señal con la mano para que la música parara y todos le pusieran atención— ¡Escuchen todos, el gran Bastian Woodwryn ha rechazado a una mujer, lo que quiere decir que ya no es suficiente hombre como para satisfacer a alguien!.

Algunos empezaron a burlarse, y otros más se quedaban callados, observando todo el espectáculo, ya que aún le tenían mucho respeto.

Bastian estaba enfurecido, está vez Lulu se había pasado al tratar de dejarlo en ridículo frente a todos los populares.

Por lo que a puños cerrados, se subió a la mesa de madera que estaba situada entre toda la multitud, y comenzaron a vitorearlo algunos.

—¡Escuchen bien lo que les voy a decir porque no lo volveré a repetir, está chica se me ha ofrecido como si fuera un pedazo de carne barata, y puesto que tengo una novia excelente, la he rechazado y se ha molestado, por lo que llena de coraje intenta dejarme en ridículo!.

Todos comenzaron a abuchear a Lulu, haciendo que esta estuviera roja del coraje.

—Lo siento hermosa, pero tengo a mi lado a una verdadera mujer que no cambiaría por una zorra como tu —dijo Bastian con una voz burlona.

—Lo lamentarás Bastian, te arrepentirás de haberme dejado y cambiado por Crystalle Bellowk —dijo aquella chica rubia llena de odio y rencor.

Aquellos recuerdos bombardeaban la mente de Bastian, quien no podía dejar de pensar en Crystalle desnuda y lo peor, con Milan haciéndole el amor.

—No compares un beso sin sentido, con un acostón —dijo Bastian aventando un puñetazo en la pared de su habitación— ¡maldita sea, se acostó con ese torpe mentiroso, se acostó con él, Erick, fue suya cuando ella solo debió haber sido mía!.

—Pienso que ambos fallaron, y ambos deben arreglarlo, ya que ustedes dos se aman de verdad.

—¿Arreglar? —Bastian soltó una risa que por breves segundos parecía que había perdido la cabeza— ¿perdonar que se acostó con Milan?, olvídalo, eso nunca va a pasar.

—Entiendo lo que quieres decir, pero a mi no me engañas Bas —Erick se puso de pie y se estiró— me doy cuenta como siempre la observas en la universidad, en todo momento, esté con quien esté, siempre la vigilas, tu la amas de verdad, y ella a ti.

—¿Me ama, a mí? —Bastian se acostó en su cama echo una furia— te recuerdo que se hizo novia de Milan, si me amara me hubiera escuchado, me hubiera buscado.

—¿Y no te has puesto a pensar que tal vez ella esté esperando lo mismo de ti? —Erick comenzó a ponerse los tenis con toda la calma del mundo— te recuerdo que tú te has hecho novio de Reachel.

—Digas lo que digas no puedo perdonar a Crys por haberse acostado con Milan —Bastian cerró los ojos— solo pensar que él...

—No creo que Crys...

De repente Bastian dejó de escuchar a uno de sus mejores amigos, y se concentró en recordar lo que había pasado hace un día, en algo tenía razón Erick, y era que él la vigilaba en todo momento, Crys se había vuelto su obsesión personal, la observaba en todo momento, desde que salía a correr por las mañanas al bosque, hasta cuando se duchaba, verla desnuda lo excitaba bastante, y más de una ocasión estuvo a punto de entrar y penetrarla tan duro, que le recordaría que ella solo le pertenecía a él. En efecto, Bastian había encontrado la manera de observarla debido a un pasaje secreto que descubrió hace años en aquella casa, antes de que Crys llegara a Calypso, la entrada estaba por el árbol de cerezos, en un lugar estratégico, en el suelo bien escondido y tapado de hierba se hallaba un túnel que conectaba con el sótano de la casa, lo que le facilitaba la entrada y salida.

Ese día, después de que se la encontró en el bosque, acudió a ella cuando vio que estaba a punto de resbalarse y de caer. Después de eso mientras ella se duchaba, el a pasos sigilosos se escondió en su biblioteca personal, pero pensar que solo vería a Crys, fue un error, ya que presenció como Milan intentaba hacerla suya, se sentía morir, incluso estuvo cerca de entrar y matarlo, pero en lugar de eso prefirió marcharse rápidamente y darle una visita rápida a la madre de Crys, para que detuviera eso. Cosa que logró satisfactoriamente.

—¿Me estás escuchando Bas? —preguntó en tono cansado Erick.

—No, y no pienso ni puedo perdonarla, la amo, pero de la misma manera la odio —Bastian se levantó y comenzó a marcar un número en su celular.

—Como digas, solo te doy un consejo, no la pierdas contra ese tonto —Erick se dirigió a la puerta para irse— por cierto, ya es hora de que vayas a espiar a tu Crys.

—¿Cómo sabes que a esta hora la vigilo? —Bastian abrió los ojos como platos.

—Casualidad, una vez te vine a ver y me di cuenta como salías de tu casa con un aire de misterio que me llamó la atención, y cuando te seguí, observé como te escabullías por la ventana de la biblioteca de Crys —Erick encogió los hombros.

—Solo recolecto información, es mi enemiga y...

—Y la amas más que tu propia vida, es una realidad que no me puedes ocultar a mí —Erick sonrió— me voy, pero si de verdad quieres regresar con Crys, cuidarla, y estar al pendiente de ella, termina con Reachel.

Y diciendo esto Erick se fue, dejando a Bastian con una enorme pena, su amigo tenía toda la razón. Tomó su celular y marcó el número de Reachel, quien contestó al segundo timbre.

—Hola Amor —contestó con su voz chillona.

—Reachel.

—¿Qué sucede amor?.

—Tenemos que hablar.

Y diciendo esto último, Bastian estaba decidido a terminar con un ciclo, pero la guerra estaba marcada.