Después de dos años de haberse divorciado, Luke y Elisa tendrán que volver a verse debido a un conflicto entre las familias, trayendo con este encuentro el resurgimiento de ese amor que quedó en suspenso. ¿Habrá para ellos una segunda oportunidad? ¿Lograrán vencer las adversidades que se presenten en su camino hasta lograr ser felices?
Leer másCapítulo 1.
Elisa conducía de regreso a casa, había tenido una jornada muy intensa en el trabajo, por lo que necesitaba con urgencia un descanso.
Sin embargo al pasar por el parque cercano al edificio donde vive, se encontró con una desagradable sorpresa.
Se trataba de su hermana menor besándose apasionadamente con un sujeto que parecía mucho mayor, cuando se acerca para constatar lo que ya sospechaba.
No podía dar crédito a lo que sus ojos veían, ella estaba con Billy Baker, el hermano menor de su exesposo, quien además era casado y tenía fama de ser un mujeriego.
Elisa lo conocía muy bien, ya que durante su matrimonio con Luke, él tuvo que salvarlo de innumerables problemas en los que Billy se veía envuelto, la rabia se apoderó de ella, así que detuvo el coche y bajó de prisa para reprenderlos, tenía que proteger a Ana de las garras de ese hombre que solo le causaría dolor.
Le indignaba la desvergüenza de su hermana, pues ella sabía que Billy estaba casado, pero más le molestaba el proceder de su excuñado, ya que no le importó que Ana fuese menor de edad, ni mucho menos la relación que alguna vez unió a las familias.
-¿Qué significa esto?, es que han perdido el juicio? -dijo Elisa echando chispas por los ojos.
-¿Qué sucede cariño, acaso estás celosa? -contestó él con cinismo.
-Deja de decir estupideces Billy, sabes que Ana es menor de edad, te aprovechaste de su inmadurez para seducirla, y tú, no tienes vergüenza, sabes que este tipo es casado y no te importó, ¿Qué clase de personas son ustedes?
-Deja de meterte en las vidas de los demás, estoy con Billy porque lo amo, además él muy pronto se divorciará de la bruja de su esposa y nos casaremos -respondió Ana muy segura de sí misma.
-Por favor, eso nunca va a suceder, Valeria tiene a este infeliz contra la pared, jamás la va a dejar, porque si lo hace todas sus infidelidades saldrían a la luz y la reputación de su familia se arruinaría, y eso para nada le conviene.
-Dices eso porque te da rabia que yo sí pueda estar con un Baker y tú ya no, porque Luke jamás volverá contigo, ahora él está comprometido con una mujer de la alta sociedad que sí es de su nivel, y tú ya no le interesas.
Al escucharla Elisa se llenó de coraje y la abofeteó con furia, Ana le había dado donde más le dolía, y si bien sabía que Luke volvería a casarse, el solo hecho que se lo recordaran le afectaba demasiado, llevaban 2 años divorciados, y sin embargo su recuerdo aún la atormentaba.
-No estamos hablando de mí, eso ya es cosa del pasado, y más te vale que no vuelvas a acercarte a mi hermana, te lo advierto Billy, me conoces y sabes que siempre cumplo lo que prometo, y si no voy en este momento a interponer una denuncia en tu contra no es por ti, sino por tu familia, así que ya lo sabes, quedas advertido, vamos Ana, sube al auto de inmediato.
-Yo no voy contigo a ningún lado, odio que siempre me digas lo que debo hacer, no te imaginas lo mucho que te detesto -replicó Ana intentando zafarse de su hermana quien la tenía tomada por el brazo.
Billy se marchó sin siquiera dirigirle una mirada a Ana, y por más que ella lo llamaba para que no la dejara sola, él no retrocedió.
-¿Te diste cuenta de lo mucho que le importas?, entiéndelo, ese desgraciado solo quiere divertirse contigo.
Después de escuchar las palabras de Elisa, Ana subió al auto, en todo el camino no hizo más que llorar.
Cuando llegaron a casa de su madre, vio cómo su hija lloraba y no dudó en abrazarla y llevarla al dormitorio.
Cuando se quedó sola en el salón, observó con tristeza los lujos de la casa, pensó que tendrían un mejor manejo del poco dinero que les había dejado su padre.
Pero la realidad es que ambas dilapidaban el capital que su papá con tanto esfuerzo les heredó, desde el divorcio, ella casi no las visitaba, pero les enviaba sin falta una pequeña cantidad de dinero cada mes.
-¿Qué haces aquí? -preguntó su madre completamente enfurecida.
Elisa respiró profundo, y por primera vez decidió encarar a su madre como nunca antes lo había hecho.
-Siempre supiste lo que estaba pasando y no me lo dijiste mamá, ¿Cómo pudiste permitir que algo así sucediera? -dijo Elisa enfrentando a su madre.
-No sé para qué viniste, lo único que haces siempre es estropearlo todo debido a tus estúpidos principios, esta era nuestra única oportunidad de volver a tener la vida a la que estamos acostumbradas, el pusilánime de tu padre nos dejó una miseria, y tú, no fuiste capaz de retener a Luke a tu lado, y ahora que Anita había conseguido atrapar a Billy, vienes y lo arruinas todo, entiende que no te necesitamos aquí, lo que deberías hacer, es reconquistar a tu exmarido, eso sí que sería algo útil hijita.
-Me parece increíble hasta dónde eres capaz de llegar con tal de conseguir lo que quieres madre, pero a Ana no le vas a arruinar la vida como hiciste conmigo, eso te lo aseguro.
Elisa salió de aquella casa con un gran pesar en su alma, siempre supo que a su madre y a su hermana ella no les importaba, pero comprobarlo una vez más le dolía en gran manera.
Le daba tristeza saber que estaba sola, pues desde que su padre murió, todo cambió en su vida hasta que conoció a Luke, de quien se enamoró profundamente, y con quien había tenido una familia, pues a pesar de que él estaba fuera la mayor parte del tiempo, cuando estaban juntos compensaban el tiempo que no podían estar juntos.
Cuando tuvieron que divorciarse por aquel terrible mal entendido, ella quedó devastada.
Le costó mucho sobreponerse, y ahora que había encontrado la tranquilidad, el hecho de tener que buscar a Luke, era algo que le causaba temor, le daba miedo que esos sentimientos que se empeñaba en guardar renacieran con más fuerza que antes, pues el amor por él aún seguía latente en su corazón.
Era consciente de que no podía dejar pasar este problema con su hermana, pues la relación entre ella y Billy, no terminaría, él era capaz de las peores cosas y estaba segura de que seguiría utilizándola a su antojo, aprovechándose de su inmadurez e inestabilidad emocional.
Billy estaba al tanto de las crisis que le daban a Ana desde que su padre murió, y de los problemas emocionales que siempre tuvo, no obstante, siguió adelante con ella sin importarle las consecuencias que aquello pudiera tener.
Muy a su pesar, Elisa tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para tomar una decisión que seguro le cambiaría la vida, tenía que llamar a Luke, pero no por lo que le dijo su madre sino por el bien de su hermana.
Cuando llegó a su casa, se dejó caer sobre el sofá y lloró hasta quedarse sin lágrimas para sacar toda la frustración que sentía, tomó aire y se aclaró la garganta y luego marcó el número de la empresa de Luke.
-Buen día, ¿sería tan amable de comunicarme con el señor Luke Baker por favor? -dijo Elisa con los nervios a flor de piel.
-¿Quién lo busca? -contestó la secretaria con cordialidad.
-Dígale que la señorita Elisa Andrews quiere hablar con él, respondió apretando con fuerza su celular.
Su corazón latía a mil por hora, sentía que se le iba a salir del pecho, le temblaban las manos de lo nerviosa que se encontraba, y la tensión se disparó más al oírla familiar voz del otro lado de la línea, seguía teniendo ese tono seductor que la volvía loca.
No podía recomponerse de la emoción que sintió, era como si no hubiera pasado el tiempo y todo fuera igual entre ellos.
-Hola Elisa -dijo Luke -. Me dijeron que querías hablar conmigo, pues bien, aquí estoy, dime, te escucho.
-Hola Luke, contestó por fin Elisa tratando de recobrar el aliento, sucede que necesitamos hablar sobre algo importante.
-No veo de que tengamos que hablar tu y yo, en el pasado ni siquiera quisiste verme para firmar el acuerdo de divorcio, ahora no entiendo que pudieras tener para decirme.
-No es sobre nosotros de quien quiero hablar, sino de Ana y Billy.
-Ana y Billy, ¿pero ellos que tienen que ver?
-Están saliendo Luke, y debemos encontrar una solución para ponerle fin a eso.
-Entiendo, esto debemos hablarlo personalmente, así que te veo en el café de siempre, ¿supongo que sabes de cuál te hablo? -espetó Luke y cortó la comunicación, dejando a Elisa en shock y con una gran incertidumbre acuestas.
Luke y Elisa habían sufrido mucho durante todo ese tiempo. Primero, el riesgo en el embarazo y las constantes amenazas a las que fueron sometidos. Después, se adelantó el parto y los bebés estaban en un estado crítico. Finalmente, el secuestro de uno de los pequeños les había arrebatado la oportunidad de disfrutar de su matrimonio. Para ellos, su familia era lo primero, pero era innegable el amor y el deseo que prevalecía en su relación. Se morían por estar juntos y demostrarse cuánto se amaban y se habían extrañado.Elisa estaba recostada sobre la cama, los bebés ya estaban en su habitación, dormidos profundamente en sus respectivas cunas. Luke abrió la puerta y se quedó maravillado con la imagen de su bella esposa sobre la cama. Tenía puesto un camisón muy sensual que dejaba entrever sus hermosas piernas, causándole a Luke un deseo irrefrenable de lanzarse a sus brazos y poseerla de todas las formas posibles.—Te estaba esperando —exclamó ella al abrir los ojos y verlo parado en la
Los días habían pasado y, por fortuna, las cosas estaban mucho mejor. Luke y Elisa disfrutaban de una felicidad plena al contar con sus tres hijos sanos y salvos en casa. El secuestro del bebé había sido terrible y los momentos de incertidumbre que pasaron eran algo que querían dejar en el olvido.—No puedo creer que por fin los tengamos a los tres juntos, mi amor —dijo Elisa mientras acariciaba la cabecita del bebé que había sido rescatado—. Sentí que me moría cuando esos desalmados se llevaron a nuestro pequeño.—Ya no quiero que pienses en eso, pequeña —contestó Luke mientras la abrazaba—. La pesadilla terminó y ahora estamos juntos como la familia que somos, unidos y felices, y esos desgraciados no volverán a ver la luz del sol en mucho tiempo, les esperan muchos años de condena.—Hemos pasado por tantas cosas que me parece mentira que por fin nuestras vidas estén tomando el rumbo que siempre debieron tener —comentó Elisa.—Yo tuve la culpa de muchos de los momentos malos por los
Elisa abrazaba a sus dos bebés, sintiendo la ausencia del trillizo que había sido secuestrado. Luke los miraba en silencio, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. La llamada de los secuestradores todavía resonaba en su mente con insistencia. Le estaban pidiendo 5 millones de dólares para liberar al pequeño. El dinero no era ningún problema para él, pero le aterraba que esos miserables no cumplieran con el trato y le hicieran daño. Sabía que Diana y Tony podían ser capaces de cualquier atrocidad, y aunque la voz al teléfono estaba distorsionada, estaba 100% seguro de que se trataba de ellos. Los secuestradores habían sido muy claros: le dijeron que no debía llamar a la policía, y eso es lo que iba a hacer. Prefería arriesgarse él solo, pero que su hijo estuviera a salvo y de regreso con su madre. Se acercó a Elisa y a los niños, abrazándolos con infinita ternura. Algunas lágrimas descendieron por su atractivo rostro; era la primera vez que se permitía llorar. El que
Luke llegó a su casa luego de ponerse al día con los pendientes que se habían acumulado durante la convalecencia de Elisa. Por fortuna, ahora todo marchaba bajo control tanto con ella como con los niños, y muy pronto los trillizos podrían ser dados de alta. Entró sin hacer ruido y percibió un aire de tristeza en el rostro de su esposa. Se acercó y la abrazó por la espalda, haciéndole sentir esa calidez tan característica en él.—Cariño, qué susto me has dado —lo reprendió ella, girándose para abrazarlo.—Me gusta sorprenderte, pequeña. ¿Puedo preguntar a qué se debe esa carita tan triste? Si es por los niños, te llevaré a verlos ahora mismo. Muy pronto los tendremos aquí y no nos separaremos de ellos nunca más —la tranquilizó Luke.—Lo sé, mi amor, pero no es eso lo que me tiene así. Sé que mis hijos están en muy buenas manos. Se trata de mi madre. Hace un rato mis abuelos y ella salieron de regreso a casa. Al parecer tienen problemas en la empresa y Mamá se ofreció a ayudar. Creo que
Pronto una ambulancia llegó para llevarse a Paul al hospital. Úrsula decidió acompañarlo, dejando a Bianca completamente histérica en la casa.—Necesito que te calmes, niña. Vamos a decir que intentaron entrar a la casa a robar y que él los descubrió. Solo espero que tu marido no desmienta esto, o estaremos perdidos —soltó Úrsula antes de dirigirse a la ambulancia.Mientras tanto, Max recibió una llamada muy importante de uno de los altos ejecutivos del corporativo Adams. Las cosas no andaban nada bien por allá; al parecer, Paul no estaba cumpliendo con sus responsabilidades, y eso tenía a la empresa en serios apuros.—¿Pero cómo es posible que no me hayan avisado de esto antes, Vincent? —preguntó el señor Adams con una preocupación visible en el rostro.—Pensamos que su sobrina se lo contaría, señor, pero al no ver resultados, me tomé la libertad de informárselo —contestó el ejecutivo bastante nervioso.—Dile a mi secretaria que lo prepare todo para mi regreso. Salgo inmediatamente p
Siempre fuiste tú. Capítulo 91.Había pasado una semana desde que Elisa tuvo a sus bebés, ella estaba apunto de abandonar el hospital, pues su recuperación había sido exitosa y el doctor consideró que ya era tiempo suficiente para que pudiera marcharse a casa. No obstante, el caso de sus hijos era completamente distinto, pues aún debían permanecer en la incubadora para terminar su madurez y poder irse hasta que todo estuviera marchando correctamente.–¿Estás lista, mi amor?– Preguntó Luke con visible emoción porque ya podría llevarse a su esposa a casa.Elisa tenía el rostro desencajado, no estaba nada contenta y él se dio cuenta de inmediato. –Quisiera decirte que sí, pero la verdad es que no puedo dejar de pensar en que mis hijos se quedarán aquí, sé que es por su bien, pero siento una opresión en el pecho, un extraño presentimiento.– Le explica.–Te entiendo, amor, pero no quiero que te preocupes, tendré un fuerte equipo de seguridad vigilando la clínica, sé perfectamente a qué se
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