Capítulo 3

- Alfa Lucien – Jason se acercó con gran felicidad en su rostro

- Jason

- Le presento a mi familia. A ella ya la conoció en la mañana, mi amada Aleynor… y ella es Ayla, su hija

- ¡Bienvenidas! - Beth se adelantó emocionada – estoy tan feliz de que hayan llegado, estaba impaciente. Sobre todo por conocer a Ayla… estoy segura que seremos buenas amigas

Mi voz titubeó y agradecí por un segundo la interrupción de Beth, ya que quedé sin palabras. Todo este tiempo pensé, cuando hablaban de la hija de Aleynor, que se trataba de una niña. La impresión de ver , más bien, a una mujer ante mi, fue totalmente abrumadora… aun más, una mujer que tuviera tal efecto sobre mi, sin ser mi pareja predestinada. – después de un par de segundos, sentí la presión de hablar, aun con el nudo en la boca.

- Bienvenidas, siento una gran alegría por Jason, que podrá estar, finalmente, con toda su familia reunida… deben estar exhaustos. Les mostraré sus habitaciones, para que puedan ponerse cómodas, pediré que preparen la cena.

Emil y Beth se dirigieron a la cocina. Conduje a Jason y su familia por los pasillos, mis manos sudaban y me sentía un verdadero tonto. Tengo 23 años y me siento como un chiquillo de 15, tropezando con sus palabras. Llegué a la habitación preparada para Jason y Aleynor.

- Jason, esta habitación es para ustedes, pónganse cómodos,

- Muchas gracias, Alfa Lucien. Es hermosa – Aleynor se adelantó y observó maravillada.

Ambos entraron y noté en sus rostros una gran intensión de quedarse ahí el resto de la noche jugueteando. Sentí algo de incomodidad frente a la situación. Escuché la voz de Ayla por primera vez.

- No los verás hasta mañana… - no dijo más.

Se sintió la incomodidad en el aire, al no saber que responder. Pasaron algunos segundos y ya se escuchaban risotadas y ruidos extraños dentro de la habitación, lo que volvió aun más incómoda la situación.

- De acuerdo. Hay que irnos. – Espeté. Recorrimos el pasillo hasta el otro lado de la casa y subimos la escalera - Esta será tu habitación, frente a ella está mi oficina y arriba, estaré yo, para lo que necesites.

- En este momento, lo único que necesito es saber si todo esto es cierto… siento que aun no despierto.

Sus palabras me conmovieron. La forma en que se enteró de todo fue demasiado brusca y ahora todo su mundo había cambiado y en gran parte yo era responsable. Fue cuando me propuse demostrarle lo fantástico que es ser un lobo.

- Todo es cierto… pero no tiene porque ser algo malo, has pasado de ser una simple humana a un ser superior, más fuerte, más ágil, más libre…

- ¿Y cómo funciona esto? Es con la luna llena, como en las novelas… ¿O es a voluntad?

- Jajaja – me causó mucha gracia su pregunta, pero intenté responder sin que pareciera que me estaba burlando – No, Ayla. Es a voluntad… ¿Tu madre jamás se ha transformado frente a ti? Ha tenido mucho control sobre sí, para que vivieras una vida de humana…

- Creyó que era lo mejor para mi…

- Encuentro que es bastante injusto, y triste… estar oculta tantos años, sin experimentar esta libertad… Somos criaturas libres, libres para ser quienes queramos ser, libres para amar… Tu madre es una loba, no pensó dos veces cuando conoció a Jason, ella es libre… tu también mereces serlo, ya eres una mujer, mereces una pareja… ¿Qué esperaba tu madre? Que apareciera un lobo por tu casa y te reclamara y tú sin tener idea de quien eres..

- Ella sólo lo hizo para protegerme…

- Tu madre es una loba, podía protegerte y despedazar al ruin de tu padre…

Esta chica necesitaba una cuota de realidad, pero no quería rasgar mi ropa, así que empecé a desabotonar mi camisa

- De acuerdo… primera lección, somos reales..

- Espera, espera.. ¿Qué haces?

- Esta es mi camisa favorita, no quiero rasgar mi ropa…

- Espera ¿Qué? … para ser hombres lobo deben estar desnudos…

- Es la pregunta más estúpida que me han hecho… ¿De verdad? ¿Tu madre creyó que lo mejor para una loba es enseñarle el pudor de los humanos?

Terminé de desvestirme, quedando solo en boxers. El que ella sintiera pudor lo hizo aun más incómodo; pero yo estoy ya acostumbrado a esto. Sin perder más tiempo, me transformé en mi lobo Liam. Me quedé inmóvil acostado en mis cuatro patas en silencio para no asustarla y pude ver como su miedo poco a poco se disipaba. Se acercó lentamente para tocar mi pelaje.

- Cuando estás así ¿Puedes oírme?

Pensé en usar la conexión mental, pero preferí permanecer callado, para contemplarla de cerca con tranquilidad. Sentía sus manos sobre mi lomo y podía percibir como chispas de electricidad recorrían mi cuerpo. ¿Cómo es esto posible? Que una extraña que no sea mi pareja provoque esto en mi. Se sentó junto a mi y apoyó mi cabeza sobre su regazo, pude oler su aroma más de cerca y me estremeció, el aroma a manzanas dulces y canela provenía de ella. La boca se me volvió agua y quise probar su delicada piel, sabiendo que eso sí me saciaría, pero me contuve para alargar ese exquisito momento. De repente escuché su voz

- Como humano… eres el hombre más guapo que he visto en mi vida… pero cómo lobo…. ¡Dios! Eres maravilloso… Mi loba Alira debe ser hermosa también…

Sentí un fuego dentro de mi, con este primer acercamiento. Podría haberla hecho mía en ese instante, pero estaba consiente de que era demasiada información para ella en un día, sin mencionar que ella merecía que su pareja predestinada la hiciera suya y no yo. Pero la idea de tomarla a ella y no esperar más a mi pareja se me hizo muy tentadora. Lentamente empezó a acurrucarse junto a mi y el sueño la fue venciendo. Cuando noté que ya estaba profundamente dormida, volví a mi forma humana y la tomé entre mis brazos para llevarla a la cama. El contacto de mi piel con la suya fue exquisito y sentí una gran excitación incontenible. La arropé entre las sábanas y la observé por unos instantes más. Volví a ajustarme el jeans y salí para ir hasta la cocina. Allí estaban Emil y Beth charlando animadamente.

- ¿Donde están los demás? – preguntó Beth

- Ya se fueron a dormir.. estaban exhaustos con el viaje

- Pensé que al menos Ayla bajaría – intervino Emil

- ¿De dónde la conoces? – pregunté

- ¿Mi padre no te dijo? Estábamos juntos en el instituto… mi padre me pidió que la cuidara hace unos años

- No lo sabía… ¿Es tu pareja? – pregunté sin demostrar mayor interés

- Lucien… es mi hermanita – respondió algo divertido – de cualquier modo, no lo podré saber hasta un tiempo más.

- Es cierto, ya queda poco para que cumplas los dieciocho… - Beth intervino muy emocionada – no puedo esperar para que te conviertas en Beta.

- Es cierto… ya me había acostumbrado a estudiar con los humanos… tal vez hasta me había animado a continuar; pero con mi nueva posición en la manada, es algo inviable…

- Eres el Beta de la manada, cualquiera quisiera tu lugar y todas las hembras desean ser tu pareja… ¿y estás desanimado por no seguir estudiando con los humanos? – lo increpé sin comprender

- No me malentiendas Alfa… no es una queja. Fue una experiencia divertida… y las chicas humanas son muy lindas también…

- Bueno… ahora que está Ayla y su madre aquí, ya no necesitas salir al mundo de los humanos, te requiero aquí, aprendiendo a tomar tu lugar como Beta… Eres muy joven, pero esa no es excusa para actuar como un irresponsable.

- Auch… escuché a mi padre hablando… de verdad lo siento, comprendo que no me he comportado a la altura y corregiré mi camino de hoy en adelante. Te agradezco la inmensa paciencia que has tenido conmigo.

- Hace mucho te hubiese desechado si no fueras mi amigo… aunque en este momento estoy dudando de tu amistad.. – espeté

- ¿De qué hablas?

- ¿Cómo es que jamás me dijiste que conocías a Ayla? Hice el ridículo frente a todos llamándola cachorra todo el tiempo… ella ya es una mujer.

- Sí es verdad, yo también pensaba que era más pequeña… pero es como de mi edad– Beth comentó. Ella tiene ya diecinueve años.

- Nunca le presté importancia, en verdad… no pensé que tuvieran que venir a la manada, ni que Ayla tuviera que conocer la verdad… todo este tiempo fuimos muy buenos amigos y ella nunca sospechó nada.

- ¿Qué tan… buenos amigos? – Beth preguntó curiosa – conozco tu fama Emil… tu no dejas escoba de pie.

- ¿De qué hablas? No es tan así… no creas todo lo que comentan. Ella es mucho más que eso… no podrías esperar que sólo iba a tomar y desechar a una chica como ella… Ayla es muy especial, es diferente al resto… es muy lista, decidida… sin mencionar que es una privilegiada por la diosa de la Luna, estoy seguro de eso… no me atrevería a tratar a una hija de Alfa, como a cualquier chica… y… es mi hermanastra. Se imaginan lo incómodo que sería.

Sentí que Emil tenía un interés especial en Ayla, y mi curiosidad aumentó. ¿Es que acaso ella provoca en todos lo mismo que a mi me hace sentir? Ella es hermosa, pero dentro de la manada hay muchas hembras hermosas y muchísimo más preparadas que ella. ¿Qué es este encanto que la diosa de la Luna puso sobre ella?

Terminé la cena y me fui a dormir… tenía ya preparado en mi mente un entrenamiento especial e intensivo para la “pequeña Ayla”; pero en vista y considerando que ya es una loba adulta, tendremos que llevar el entrenamiento a un ritmo aun más elevado, para que pueda ser útil, a futuro, en las filas de nuestra manada.

Me levanté a las cuatro y media de la mañana, para tomar una ducha y ya a las cinco de la mañana ya estaba listo para empezar el entrenamiento. Bajando las escaleras enérgic】amente, me detuve en la puerta de su habitación. Golpeé, pero nadie salió de la habitación, estuve parado un tiempo considerable, sin recibir respuesta. Extrañado abrí la puerta y no encontré a nadie allí…

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